Las 3C del noviazgo
Naty y Fer, un joven y feliz matrimonio, nos cuentan lo que para ellos es el secreto de la felicidad en el amor.
Con el paso de los años de mi adolescencia y juventud, aunque todavía me considero joven, fui desarrollando mi propia regla para conseguir a la compañera ideal. Algunas de ellas ya pude compartir contigo en los dos números anteriores, pero aquí quiero hacer énfasis en tres puntos esenciales, fáciles de recordar y con mnemotecnia incluida.
Como dije anteriormente, esto no es una regla exacta que garantiza el éxito en tu relación de noviazgo, pero sí puedo asegurarte que te ayudará a crecer muchísimo.
¿Listo? ¡Comenzamos!
Primera C: Confianza
Cuando hablo de confianza, hablo de plena confianza, al 100 %, sin reservas ni secretos extraños.
Parece algo demasiado obvio, pero no puedes comenzar tu viaje a cumplir tus sueños y metas acompañado de alguien en quien no confías. Por supuesto que esto no es algo espontáneo. No despiertas un día a la mañana y dices: “Voy a depositar toda mi confianza en tal persona”. No, no, no. Nada más lejos que eso. La confianza se cultiva todos los días. ¡Pero cuidado! Es muy fácil arruinar esta planta.
No tengas miedo de confiar en alguien que te quiere. Así como hablas con Dios y le cuentas las cosas más íntimas de tu corazón, seguramente podrás encontrar en un muchacho o señorita un compañero que te escuche, entienda y quiera conocer todo de ti.
Segunda C: Comunicación
¿Te imaginas años de matrimonio sin hablar? ¿Qué piensas? Pero voy más allá, ¿te imaginas muchos años de matrimonio con una monotonía y aburrimiento constantes? A que a nadie le gustaría esto.
Para que esto no suceda, hay que dotar a la relación de una excelente comunicación, y esta es otra planta que hay que regar diariamente. Pero aquí viene la pregunta: ¿Cómo hago para que todos los días pueda crecer en este ámbito, ser original, creativo, y tener material de conversación con mi pareja? Te dejo algunos tips que me ayudaron a mí:
Busquen hacer un culto juntos.
Lean un libro juntos.
Hagan preguntas extrañas. Me encanta sorprender a Naty preguntando cosas como: “Si tuvieras que visitar tres ciudades del mundo, pero en carpa, ¿dónde irías?” “Si fueras a hacer un pozo al patio, y encontraras un cofre con lingotes de oro abandonado, ¿qué harías?” Estas cosas no hacen más que fomentar la creatividad, la imaginación y, por supuesto, una buena conversación. Aunque seas tímido o introvertido, ¡no importa! Compartir lo que haces es divertido y ayudará a que ambos crezcan.
Tercera C: Consagración
Es una palabra que quizás hemos escuchado mucho, pero tal vez poco sabemos sobre su significado. En simples palabras, es la relación diaria con Dios.
Ahora bien, sígueme en esta idea: Dios es amor (1 Juan 4:7, 8). Y si el amor es de Dios, le pertenece. Él lo creó. Ahora, el versículo también dice que “todo aquel que ama […] conoce a Dios”. Es decir, ¿puedo amar, con un amor sincero y puro, sin reservas como el de 1 Corintios 13, sin conocer a Dios? O dicho de otra forma, ¿sin consagración?
Creo que ya estás pensando la respuesta y es un claro y rotundo: “No”. No se puede. Nadie puede dar amor sin antes llenarse completamente del verdadero amor que proviene de Dios. Simple, ¿no?
Espero que puedas poner estas “3 C” en práctica a fin de tener un noviazgo lleno de confianza en tu pareja, con una hermosa comunicación diaria y, sobre todo, una consagración a Dios que los haga más fuertes espiritualmente y los una a él, ya que “la cuerda de tres hilos no se rompe fácilmente” (Ecl. 4:12, NVI).
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2019.
Escrito por Fernando Liernur, diseñador gráfico y especialista en Marketing Digital.
0 comentarios