Crecer para ser el mejor
Muchos lo consideran el mejor jugador de fútbol del mundo. Hablamos de Lionel Messi. Nacido el 24 de junio de 1987 en Rosario, República Argentina, se inició desde pequeño en el mundo futbolístico. Habilidad, precisión, visión de juego y velocidad son algunas cualidades que lo destacan del resto de sus compañeros, y le han permitido ganar diferentes títulos deportivos, hasta consagrarlo como uno de los mejores deportistas del planeta.
A veces, las cosas no nos favorecen y pensamos que no tenemos salida.
Lio ganó cinco veces el Balón de Oro de la FIFA (Federación Internacional de Fútbol Asociado), máximo galardón individual mundial para un futbolista.
Pero la llegada de Messi a la gloria deportiva no fue para nada sencilla. Él tenía un problema hormonal de crecimiento que le complicaba jugar, y debía realizar un tratamiento. Pero, como era muy costoso, ningún club de la Argentina quería pagarlo.
Fue por eso que a los trece años se radicó en España. Allí, el club Barcelona se hizo cargo del costoso tratamiento hormonal que necesitaba para que su crecimiento fuera normal. Empezó jugando en las inferiores del club hasta que a los 17 años debutó en primera división. Lionel acompañó su inmenso talento con trabajo y sacrificio. Más allá de este problema físico, siempre se mantuvo saludable.
Messi es un claro ejemplo de superación personal. En vez de quejarse por lo que le pasaba y porque nadie quería ayudarlo, decidió seguir adelante y persistir, a pesar de que en esa época no tenía todos los recursos para solucionar su problema.
A veces, las circunstancias de la vida no nos favorecen y pensamos que no tenemos salida. Ante nuestros ojos humanos, las dificultades se nos presentan como insuperables.
Messi tuvo la oportunidad de triunfar. No olvides que tú también puedes hacerlo.
Pero Dios tiene un plan y un propósito para la vida de cada uno de nosotros. Debemos ponernos en sus manos, y caminar con Jesús siempre, para que él nos muestre cuál es su voluntad para nosotros.
Así como Messi tuvo la oportunidad de triunfar, no olvides que tú también puedes hacerlo. Tomado de la mano de Dios, ¡tus planes serán exitosos y bendecidos!
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2019. Escrito por Gustavo Montiel, profesor de Educación Física.
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