Más rico que Elon Musk
“Las oportunidades son como los autobuses; siempre están llegando” (Richard Branson).
¿Has escuchado hablar de Elon Musk? Seguramente, sí. No cabe duda de que este emprendedor y físico sudafricano es uno de los hombres del momento. En su currículum, podemos observar emprendimientos realmente espectaculares y audaces, como PayPal, Tesla Motors, SpaceX, Hyperloop, Solar City, Nerualink y OpenAI. En enero de 2021, su fortuna se estimaba en 187.000 millones de dólares, lo que lo convirtió en la persona más rica del mundo, con lo que superó a Jeff Bezos, fundador de Amazon.
Si bien todos los logros de este empresario son notables, se ha vuelto más conocido por su marcada obsesión con los viajes espaciales. “Queremos que las novelas y las películas de ciencia ficción se hagan realidad”, declaró este hombre cuyo sueño es vivir en Marte y desarrollar el turismo espacial.
Sin embargo, meses atrás este arquitecto del futuro aseguró que ninguno de sus numerosos y extraordinarios logros lo hacen feliz; incluso su dinero no lo logra. Partícipe de una difícil y solitaria infancia en Pretoria, con un padre terrible y abusivo, y expuesto al bullying constante de sus compañeros de escuela (una vez terminó hospitalizado cuando sus acosadores lo empujaron por una escalera), Elon decidió algo en su vida: no estaría solo nunca. Por eso, en 2017 declaró: “Nunca podré ser feliz si no tengo a alguien. Irme a dormir solo me mata. Pero no me gustan las relaciones de una noche. Estoy siempre en busca de mi alma gemela”.
Elon Musk no quiere estar solo y quiere viajar al espacio. ¡Qué coincidencia con el plan divino!
Cuando Dios nos creó, nos diseñó para vivir en compañía, no en soledad. Por eso, necesitamos nuestra familia, nuestros amigos, nuestra/o novia/o o esposa/o. En este planeta, lo más angustiante y agobiante que puede haber es la soledad. La sufre hasta el hombre más rico del mundo. No lo dudes: el pecado siempre te separa. No solo de todas las cosas buenas, sino también de las buenas personas. Pero Dios quiere acercarse a ti hoy y salvarte (Isa. 59:1, 2).
Cuando Dios nos creó, nos hizo para vivir siempre con él en un lugar sublime. El pecado también fue la causa de la expulsión de Adán y de Eva del Edén; pero la promesa maravillosa es que Jesús prometió volver para llevarnos con él al cielo para siempre (Juan 14:1-3).
Acepta hoy la compañía de Dios en tu vida, y cree en sus promesas. Serás más rico que Elon Musk.
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2021.
Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.
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