Medea
Inteligencia y desafíos
La mitología griega está nutrida de figuras femeninas que han debido enfrentar traiciones. Así, hay un personaje que decidió construir su propio camino y tomar sus propias decisiones: se llamaba Medea.
Ella había nacido en la Cólquide, al este del Mar Negro, en una región de “bárbaros”, según los griegos. Sin embargo, era nieta de Helios, el dios Sol, y sobrina de mujeres igualmente célebres por su apasionamiento y sabiduría: Pasífae y Circe. Un día llegó a su tierra Jasón, un príncipe en busca de un trofeo, el “vellocino de oro”, que le permitiría recuperar el trono de Yolcos, que le había sido arrebatado por el tirano Pelias. Medea se enamoró inmediatamente de él.
Pero, no era posible favorecer a Jasón sin traicionar a su padre y a su tierra, así que, Medea debió abandonar la patria. Huyó con su amado hacia territorios griegos. Juntos superaron numerosos obstáculos, pero también sufrieron situaciones adversas, que finalmente los obligaron a pedir asilo en la ciudad de Corinto.
Medea es el tipo de persona que se arriesga y que lucha por la causa que considera justa.
Tal vez esta historia irreal puede desafiarnos a nosotros. Tal vez, la fuerza y la lucha de esta mujer nos podrían motivar en nuestros desafíos diarios, no para usar la venganza como modo de resolver un problema, sino para usar la inteligencia.
Dice Romanos 12:1: “No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.
No te quedes en las sombras. Confía en Dios y movilízate a la acción.
Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2019.
Escrito por Elisa Torres, Profesora y Licenciada en Letras.
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