Últimas palabras

Últimas palabras

Últimas palabras

 “La educación es nuestro pasaporte hacia el futuro, pues el mañana pertenece a los que se preparan hoy” (Malcolm X).

Las últimas palabras de la vida de una persona pueden decir mucho sobre esa persona y su vida.
El médico alemán Hans Halter publicó un curioso libro que reúne las últimas palabras expresadas en el lecho de muerte por más de 150 personalidades conocidas.

Halter, quien trabaja en un hospital, acompañó a muchos pacientes en sus últimos minutos de vida y asegura que mucha gente es capaz de resumir toda su existencia en su frase de despedida de este mundo. “Muero como viví, por encima de mis posibilidades”, expresó (Oscar Wilde). “Ya cumplí con mi misión aquí”, dijo Albert Einstein. “Es todo tan aburrido”, dicen que manifestó Winston Churchil.

Los pioneros de nuestra iglesia también se expresaron antes de morir. Así, Guillermo Miller dijo: “¡Oh cuanto anhelo estar en el cielo!”. Y Elena de White declaró: “Yo sé en quien he creído”.

En la Biblia también se registran en muchas oportunidades las últimas palabras de alguien. Así, encontramos las últimas y emotivas palabras de David en 2 Samuel 23:1, las últimas y firmes palabras de Josué en el cap. 24 de su libro y las últimas y teológicas palabras de Pablo en 2 Tim. 4. Léelas ni bien puedas, ¡son muy interesantes! 

Y hablando de últimas palabras, estas son también mis últimas palabras como director de esta hermosa revista. Durante 11 años tuve el privilegio de dirigir esta publicación con mucha alegría. Obviamente, no estuve solo.  El trabajo editorial siempre es en equipo. Mi inmensa gratitud a todos los autores, columnistas y correctores que trabajaron en la revista. Y hago una mención especial a todos los diseñadores que me acompañaron en estos años ya que fueron ellos quienes ayudaron a comunicar visualmente el valioso contenido de Conexión 2.0.

 A partir de 2023, esta revista dependerá íntegramente de la gerencia de Educación de la ACES. Un equipo integrado por el staff pedagógico renovará esta publicación y traerá muchas novedades para ti. Todos los cambios son positivos y este, sin duda, lo es. 

Y ahora, al despedirme, lo hago con las últimas palabras de la Biblia, ya que ellas son mi mayor anhelo. Las dijo Jesús en Apocalipsis 22:20 (DHH): “Sí, vengo pronto”. Esta promesa es nuestro aliento en medio de las pruebas y nuestra esperanza más gloriosa. 

Recuérdala siempre.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2022.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

Spoiler

Spoiler

 “A menos que creas que el futuro puede ser mejor, es poco probable que asumas la responsabilidad de construirlo” (Noam Chomsky).

Aquella reseña que comentaba esa serie estaba muy bien escrita. Realmente, el crítico de espectáculos entendía cómo funcionaba la argumentación y la retórica. Las oraciones y las explicaciones estaban muy bien orientadas. Pero, de repente, apareció un subtítulo movilizador. Decía: ¡Spoiler alert! Con toda honestidad, el autor avisaba a los lectores lo que pasaría: de allí en adelante, se contarían detalles de la trama del film. Detalles que, tal vez, alguien que no vio la serie quisiera no saber.

De eso se trata un spoiler. Es la explicación de algún aspecto importante de una película, libro, programa de televisión, etc., que a una persona que lo desconozca le puede resultar molesto. Evidentemente, la palabra viene del inglés spoil, que significa “estropear”, o “arruinar”. ¿Te “spoliaron” alguna vez el final de tu serie favorita o alguna noticia que aún no se tenía que saber?

A Dios también le gusta hacer spoilers. Pero, a diferencia de algún comentario malintencionado, todo lo que él nos anticipa es para nuestra felicidad. Bien podríamos llamar spoilers a las profecías bíblicas. Ellas nos revelan lo que sucederá. 

A Dios le encanta comunicarse con nosotros, y lo hace por medio de sus profetas: “Nunca hace nada el Señor sin revelarlo a sus siervos los profetas” (Amós 3:7, DHH).

Por otra parte, Dios no anda con vueltas ni te esconde cuál es el plan para tu vida. Sin embargo, hay cosas que deben quedar claras: “Hay cosas que no sabemos: esas pertenecen al Señor nuestro Dios; pero hay cosas que nos han sido reveladas a nosotros y a nuestros hijos para que las cumplamos siempre: todos los mandamientos de esta ley” (Deut. 29:29, DHH).

En este número hablaremos sobre las profecías. Estas nos muestran cómo será el futuro y qué es lo que sucederá. Satanás es el gran arruinador del Universo. Más allá de lo atractivas que parezcan sus tentaciones, seguir su camino estropeará tu vida. Por el contrario, el mensaje de la Palabra de Dios te dará auténtica dicha, ya que “este mensaje es como una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que el día amanezca y la estrella de la mañana salga para alumbrarles el corazón. Pero ante todo tengan esto presente: que ninguna profecía de la Escritura es algo que uno pueda interpretar según el propio parecer” (2 Ped. 1:19, 20).

Te desafío a leer y estudiar los spoilers de Dios.

Este artículo es una adaptación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2022.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

Contacto estrecho

Contacto estrecho

Contacto estrecho

“No es amor el amor que se transforma con el cambio, o se aleja con la distancia” (William Shakespeare).

Tal vez una de las frases que más nos dieron miedo en estos últimos tiempos de pandemia haya sido: “Soy contacto estrecho”. Esto significa que tuviste una relación cercana con alguien contagiado por COVID-19 y que no solo deberás aislarte por prevención: es probable que en horas más tú también tengas el virus. 

En estas tristes épocas, no solo hemos experimentado de cerca las garras de la muerte, también hemos vivido algo terrible: la separación física debido al aislamiento de familiares y amigos. 

Tal vez antes te quejabas por ir a la escuela cada día, pero ahora valoras el hecho de relacionarte personalmente otra vez con tus compañeros y tus profesores.

Es que Dios nos creó como seres sociales y no es natural para nosotros estar distantes o alejados de aquellos que queremos.

El problema de nuestro mundo es mucho más grande que una pandemia que nos separa. El problema se llama “pecado” y es el originador de todas nuestras distancias, ya que él ha marcado una separación extrema entre nosotros y Dios (Isa. 59:1, 2). Pero esos mismos versículos aseguran también que la mano de Dios no se acortó para salvar. Por medio de Jesús, el Autor y Consumador de nuestra fe (Heb. 12:1, 2), obtenemos perdón y victoria, dado que “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hech. 4:12).

Dios quiere restaurar su relación con nosotros. Él nos llama “su pueblo cercano“ (Sal. 148:14, DHH). Él te conoce y entiende tu dolor, y sabe de tus lágrimas. Es también su dolor y son también sus lágrimas. La promesa es segura: “El Señor está cerca, para salvar a los que tienen el corazón hecho pedazos y han perdido la esperanza” (Sal. 34:18, DHH).

El amor de Dios hacia nosotros nunca cambia. Él quiere estar cerca de ti hoy, si se lo permites, porque “el Señor está cerca de los que lo invocan” (Sal. 145:18). Cuando eso ocurra, notarás que todo lo que él te dice es para tu felicidad: “Tú, Señor, estás cerca, y todos tus mandamientos son verdaderos” (Sal. 119:51) y “en verdad, Dios está muy cerca, para salvar a los que le honran” (Sal. 85:9, DHH).

Dios quiere tener un contacto estrecho contigo hoy: “Busquen al Señor mientras puedan encontrarlo, llámenlo mientras está cerca” (Isa. 55:6). 

No te contagiará. Al contrario, te dará la verdadera sanidad, la que nada ni nadie te pueden dar.

Este artículo es una adaptación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del segundo trimestre de 2022.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

Mil bendiciones y un abrazo

Mil bendiciones y un abrazo

Mil bendiciones y un abrazo

“El mundo está lleno de sufrimiento, pero también de personas valientes que intentan superarlo” (Hellen Keller).

La vida tiene esas amarguras inexplicables que hacen tambalear nuestra fe y nos dejan solos bajo la tormenta, a la intemperie. El 29 de julio de 2021 falleció Isaías Silva, uno de nuestros columnistas. Junto con su hermano gemelo, Lautaro, escribían la sección “El expreso bíblico”.

Las garras de una delicada enfermedad a la que le dio batalla por varios años llevaron al descanso a este joven pastor, apasionado investigador, notable líder del Club de Conquistadores, excelente dibujante y gran innovador. La Asociación Casa Editora Sudamericana y el equipo de Conexión lamentan profundamente su pérdida. ¡Tiempos tristes y complicados!

Por temas editoriales, intercambiaba mensajes frecuentemente con Isaías. Nuestra última conversación fue el 16 de julio, trece días antes de su muerte. En ella, le comentaba el cronograma de entrega de la columna para 2022. “Aún tengo días doloridos, aunque voy mejorando de a poco”, me contó. Luego, se despidió con un sticker que decía: “Mil bendiciones y un abrazo”.

En la Biblia encontramos a otro Isaías que vivió y escribió en tiempos de situaciones injustas y graves crisis. Con el Imperio Asirio asediando a Judá, el contexto era totalmente desalentador. ¿Sentiste alguna vez que todo tu mundo se derrumba y que tus seguridades son removidas como las placas terrestres en un terremoto? A Isaías le pasó.

El profeta de la Biblia y nuestro amigo columnista compartían el mismo nombre, que, a su vez, conlleva un notable significado: “Jehová salva”.

Por eso, el libro rebosa de magníficas y alentadoras promesas. Al empezar este año, encontramos consuelo por la pérdida de Isaías leyendo el libro de Isaías; con la absoluta certeza de que, pase lo que pase, Jehová nos salvará. Queridos lectores, les dejo algunas de sus promesas (hay muchísimas más; ¡búscalas y léelas!):

  • Dios perdonará tus pecados (Isaías 1:18, 19).
  • Dios estará a tu lado. No tienes por qué temer ni acobardarte  (Isaías 7:4).
  • Dios es tu refugio, tu fuerza y tu salvación (Isaías 12:2).
  • Dios te hará vivir en paz, si confías en él (Isaías 26:3).
  • Dios estará a tu lado, te ayudará y te sostendrá (Isaías 40:10).
  • Dios te renovará, si confías en él  (Isaías 40:31).

Querido Lautaro, estas promesas son especialmente para ti. Mil bendiciones y un abrazo.

 Este artículo ha sido adaptado de la edición impresa, correspondiente al primer trimestre de 2022.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

Vuelo 2021

Vuelo 2021

Vuelo 2021

“No puedes tener un mejor mañana si estás pensando todo el tiempo en el ayer” (Charles Kettering).

Casi sin darnos cuenta aterrizamos en los últimos tres meses del año. ¿Qué tal estuvo el viaje? ¿Hubo turbulencias, no? ¿Las tormentas hicieron más lento tu camino, no es cierto? ¿Costó arrancar, no es así? ¿El cielo no estaba tan despejado, verdad?
“¡Ah! ¡Espera!”, me dirás. “¿Estamos hablando de volar? ¡Yo ni siquiera despegué! Realmente ha sido un año muy malo”. Puede ser. Todo puede ser este 2021 tan atípico que casi pareció ser un reflejo triste de 2020. Viajes cancelados, planes frustrados, encierros prolongados, iglesias cerradas, clases virtuales y… lo que tal vez fue más complicado: la distancia física con los amigos porque no hubo reuniones sociales y la separación física de seres queridos que pasaron al descanso por causa del virus.

Un jueves de noche de hace más de dos mil años, Jesús estaba por despegar hacia el cielo. En realidad, era un vuelo complicado: tenía una escala en el terrible aeropuerto del Getsemaní y de allí un viaje directo a la mismísima pista del Calvario: la más densa, la más oscura, la más tenebrosa… Este extraño vuelo implicaría que, luego de hundirse en las profundidades de un sepulcro, él resucitaría para ascender a las alturas y volver a estar con su Padre.

Pero antes, tenía cosas que hacer. Lejos de preocuparse por sí mismo, Jesús (lo hizo ayer, lo hace hoy) pensó en sus amigos. Ellos también tendrían que emprender un viaje. Habían volado horas y horas con él. Ya era tiempo de que aprendieran a surcar las nubes solos, sin su compañía física.

Por eso, Jesús invitó a cenar a sus discípulos y les habló. Mucho. La Biblia registra estos mensajes en cuatro capítulos maravillosos. Se trata de Juan 14 al 17. Se trata de las certeras palabras de un Amigo que se va, pero que deja al Espíritu Santo con sus amados. Se trata de las exactas palabras de un Salvador que se va, pero a preparar mansiones celestiales para regresar a buscar a los suyos. Se trata de las esperanzadoras palabras de un Rey que se va, pero que quiere tener una relación cercana, creciente y constante con nosotros, como el pámpano y la vid.

Sí, Juan 14 al 17 rebalsa de buenas noticias, alentadores consejos, vigorizantes promesas y gloriosas perspectivas. Hoy estos capítulos están disponibles para ti. Por medio de ellos, Dios quiere darte un nuevo pasaje a las alturas.

Es más, en este momento, está llamándote por tu nombre por los altoparlantes del aeropuerto.

Este artículo ha sido publicada en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2021.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.

Más rico que Elon Musk

Más rico que Elon Musk

Más rico que Elon Musk

“Las oportunidades son como los autobuses; siempre están llegando” (Richard Branson).

¿Has escuchado hablar de Elon Musk? Seguramente, sí. No cabe duda de que este emprendedor y físico sudafricano es uno de los hombres del momento. En su currículum, podemos observar emprendimientos realmente espectaculares y audaces, como PayPal, Tesla Motors, SpaceX, Hyperloop, Solar City, Nerualink y OpenAI. En enero de 2021, su fortuna se estimaba en 187.000 millones de dólares, lo que lo convirtió en la persona más rica del mundo, con lo que superó a Jeff Bezos, fundador de Amazon.
Si bien todos los logros de este empresario son notables, se ha vuelto más conocido por su marcada obsesión con los viajes espaciales. “Queremos que las novelas y las películas de ciencia ficción se hagan realidad”, declaró este hombre cuyo sueño es vivir en Marte y desarrollar el turismo espacial.

Sin embargo, meses atrás este arquitecto del futuro aseguró que ninguno de sus numerosos y extraordinarios logros lo hacen feliz; incluso su dinero no lo logra. Partícipe de una difícil y solitaria infancia en Pretoria, con un padre terrible y abusivo, y expuesto al bullying constante de sus compañeros de escuela (una vez terminó hospitalizado cuando sus acosadores lo empujaron por una escalera), Elon decidió algo en su vida: no estaría solo nunca. Por eso, en 2017 declaró: “Nunca podré ser feliz si no tengo a alguien. Irme a dormir solo me mata. Pero no me gustan las relaciones de una noche. Estoy siempre en busca de mi alma gemela”.

Elon Musk no quiere estar solo y quiere viajar al espacio. ¡Qué coincidencia con el plan divino!

Cuando Dios nos creó, nos diseñó para vivir en compañía, no en soledad. Por eso, necesitamos nuestra familia, nuestros amigos, nuestra/o novia/o o esposa/o. En este planeta, lo más angustiante y agobiante que puede haber es la soledad. La sufre hasta el hombre más rico del mundo. No lo dudes: el pecado siempre te separa. No solo de todas las cosas buenas, sino también de las buenas personas. Pero Dios quiere acercarse a ti hoy y salvarte (Isa. 59:1, 2).

Cuando Dios nos creó, nos hizo para vivir siempre con él en un lugar sublime. El pecado también fue la causa de la expulsión de Adán y de Eva del Edén; pero la promesa maravillosa es que Jesús prometió volver para llevarnos con él al cielo para siempre (Juan 14:1-3).

Acepta hoy la compañía de Dios en tu vida, y cree en sus promesas. Serás más rico que Elon Musk.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del tercer trimestre de 2021.

Escrito por Pablo Ale, pastor, periodista y director de Conexión 2.0.