…dejar la masturbación

Mar 29, 2019 | Yo pude

Desde Costa Rica, nos llega este valiente testimonio de lucha y superación personal.

Siempre fui adventista. A mí todo me iba bien. Tenía buenas notas en la escuela y trabajaba mucho en la iglesia. Iba al Club de Conquistadores y tenía muchos cargos.

Pero, sin querer, empecé a tener una doble vida. Mejor dicho, una vida secreta, oculta. A mis 12 años, empecé a mirar mucha pornografía y a masturbarme. Para los 16 años, estaba completamente sumido en la adicción. Todo esto se agravó porque mi padre, que era cristiano, se puso muy violento y comenzó a beber. Al tiempo dejó la iglesia. Sentí mucho dolor y hasta dejé de orar por él. Así, seguí mi camino descendente.

Mi razonamiento era: “Esto es algo del ámbito privado, no le hago mal a nadie”. Mi vida tenía dos partes. La que todos conocían (el joven activo y trabajador en la iglesia) y la que nadie conocía (el joven que consumía pornografía y se masturbaba).

Crecí y tuve más cargos en la iglesia. Llegué a ser diácono y anciano. Al principio, a los 12 o 13 años, pensaba que masturbarse era algo normal que los hombres teníamos que hacer para afirmar nuestra sexualidad. Luego me di cuenta de que estaba mal.

Pero no podía dejarlo. Traté y traté. Todo en vano.

¿Tu crees que Dios tiene el poder para cambiar nuestra vida? Su mayor anhelo es hacer contigo un milagro. ¡Yo pude vencer gracias a él!

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del segundo trimestre de 2019. Escrito por Harrison Umaña, misionero voluntario.

1 Comentario

  1. Lady

    Es un tema de la cual debemos reflexionar como cristianos que somos

    Responder

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