Esperanza en Instagram

Esperanza en Instagram

Esperanza en Instagram

Nunca sabes quién puede necesitar ayuda y leerá tus mensajes.

Las redes sociales me ayudan a difundir el mensaje de la Biblia. Uso Instagram para predicar y te animo también a hacerlo. Por eso, quiero dejarte dos de los tantos mensajes de esperanza que he colocado allí y que diariamente ayudan y sostienen a miles de personas.

Un problema, una oportunidad

Si aprendes a enfrentar los problemas sin dejarte llevar por las emociones negativas enfrentarás los retos de la vida con la frente en alto. Pero mucha gente distorsiona los hechos, amplifica sus experiencias, exagera las cosas y luego se centra en los pensamientos negativos.

No siempre las personas que tienen los mayores problemas son necesariamente las que más se quejan. Cada problema trae consigo una posibilidad oculta.

Mucha gente ve problemas donde no existen. En Salmo 139:2 la Biblia dice: “Escudríñame, oh Dios, y conoce mi corazón; pruébame y conoce mis inquietudes”.

David invitó a Dios a ver su interior. Dios espera la misma invitación de tu parte. ¡Es una buena oración para hacer hoy!

Dios planea en silencio

Las cosas se resolverán positivamente. Confía en Dios, sin entender lo que sucede. Ten esperanza sin ver. Ten fe en las circunstancias adversas.

Puedes pensar que no hay salida, que el tiempo ha pasado, que es imposible o que no lo mereces; pero el tiempo para todas las cosas llega. Las promesas no mueren y no tienen fecha de caducidad. Lo que Dios te prometió sucederá.

El tiempo puede pasar, la gente puede hablar mal de ti, las circunstancias pueden cambiar, pero Dios nunca se olvida de ti. Tu imposible no es imposible para Dios. Los sueños y proyectos que Dios ha planeado para tu vida se harán realidad.

Yo creo en los planes perfectos de nuestro Padre, tu vida no es una casualidad. Si Dios te levantó hoy una vez más es porque tiene propósitos por cumplir.

Recuerda que tu historia no es solo una derrota y que no naciste para perder. Todo va a estar bien y lo que Dios dijo se hará realidad. Y cuando menos esperes que las cosas cambien, se resolverán y te sorprenderás de los planes perfectos de Dios.

No te alarmes por el silencio de Dios. Él está trabajando. Confía y sigue luchando, y mientras luchas, el Señor hace en secreto planes perfectos para honrarte.

Este artículo ha sido publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2021.

Escrito por Fernando Marroquin, traductor, intérprete y creador de contenido. Asiste a la Iglesia Adventista deMiraflores, Perú.

Hoy: Cinque Terre

Hoy: Cinque Terre

Hoy: Cinque Terre

Ubicada a solo una hora de Génova, Italia, se encuentra una de las regiones costeras más atractivas del país. Desde Roma es posible tomar un tren a la ciudad de Spezia, que sirve de parada estratégica para visitar los encantadores pueblos de la región denominada Cinque Terre (Cinco tierras). Nos referimos a: Monteroso, Vernazza, Corniglia, Manarola y Riomaggiore.

Mi hospedaje en Spezia se hallaba a 200 metros de la terminal de trenes. Allí pude conseguir un mapa donde figuraba la distancia entre los famosos pueblos.

Para mí, lo más conveniente es sacar un boleto libre, que te permite utilizar el tren todas las veces que lo necesites durante el día. El boleto de tren se lo puede comprar a través de las máquinas expendedoras o en la misma boletería de la terminal.

Monteroso fue mi primer destino porque tiene las playas más extensas de la zona. Un sobresaliente peñón sobre el mar presenta una vista muy atractiva.

Para visitar Vernazza opté por el senderismo. A través de estos caminos se puede observar cómo cultivan el terreno aprovechando al máximo las terrazas modeladas por el hombre. Es un pueblo con variedad de negocios y un puerto con una ensenada natural que permite el atraque de medianas embarcaciones.

Corniglia se sitúa en el centro de Cinque Terre. Es el pueblo más pequeño de la región. Para llegar hay que subir una escalinata de 382 escalones. Por su ubicación, sobre un promontorio circundado por viñedos con vista hacia el mar, fue el pueblo que me resulto más atractivo.

Visitar Manarola al amanecer fue la mejor opción para evitar la sobrepoblación de los turistas. Es el segundo pueblo más pequeño, situado en una colina, encerrado entre dos espolones rocosos. Cada sitio se vuelve una postal y todas las vistas resultan acogedoras.

Riomaggiore es el final o comienzo del recorrido, situado en el valle de Río Maggiore, es el pueblo más emblemático lleno de colores y alegría.

En 1977, Cinque Terre junto con Portovenere, las islas Palmaria, Tino y Tinetto fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Al finalizar mi estadía agradecía a Dios su cuidado y protección. El hombre puede edificar, construir, hacer grandes monumentos, pero nada se compara con la creación de Dios. Estar en contacto con la naturaleza nos permite admirar la creación y conectarnos con nuestro Dios: “¡Aclamen al Señor, porque él es bueno, porque su misericordia es eterna! (1 Crón. 16:34, RVC).

Este artículo ha sido publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2021.

Escrito por Analía Giannini, docente de Ciencias Naturales, nutricionista, escritora y viajera incansable.

Lecciones instantáneas

Lecciones instantáneas

Lecciones instantáneas

Un campamento, un almuerzo y un puré de papas que no salió del todo bien.

Hace un par de años estábamos en un campamento de consejeros, recargando los pulmones de aire puro entre medio de los árboles. Ya casi terminaba el evento. Almorzábamos, y a casa. Incluso, algunos, ya se habían ido en los primeros autos que iban llevando gente. Los que quedábamos, no queríamos que el campamento terminara.

Así que ahí estábamos, charlando y comenzando la tarea culinaria, muy lentamente. Era la última comida del campamento. Los chicos preparaban papas fritas. Las demás chicas se habían ido y sólo quedábamos Nati y yo. Nuestro menú era fácil. Como era la última comida tenía que ser algo de rápida preparación. Mirábamos cómo los chicos sacaban unas papas muy dudosas del aceite. Algunas muy cocidas, y otras muy crudas. Y la mayoría tenía las dos cualidades: por dentro crudas y por fuera muy cocidas.

Nosotras sacamos, muy orgullosas, las milanesas de soja ya preparadas y el paquete de puré instantáneo de las mochilas. Nos creímos muy prácticas. En unos minutos estaríamos comiendo… ¡y muy rico!

–¿Vos sabés cómo se hace? –preguntó Nati.

–Obvio, contesté. Debe ser así.

Cabe resaltar que ninguna había hecho un puré instantáneo antes, pero pensamos: se debe calentar agua hasta que hierva, echamos el polvito de puré, revolvemos y listo.

No pretendo que esto se convierta en una sección de recetas, pero así no es como se prepara un puré instantáneo. Ahora lo sé.
El agua hervida saltaba y hacia chisporrotear el fuego y las cascaritas de papa fueron insuficientes para tanto líquido. Cuando nos dimos cuenta del error, creímos que la mejor solución era dejarlo cocinarse más tiempo, así el agua se “evaporaba”. ¡Era una deducción brillante! Excepto que el puré no pensó lo mismo que nosotras. Cuando comenzó a pegarse en los bordes de la olla, nos dimos cuenta de que eso no iba a mejorar y que era el momento de sacarlo del fuego.

En fin, el puré no quedó apetecible. Demasiado líquido y desabrido. Por otro lado, las milanesas tampoco colaboraron demasiado. Las había llevado hechas desde mi casa. Es decir, habían estado todo el campamento en la mochila. Cuando las sacamos del envase, nos dimos cuenta de que habían perdido la hidratación y estaban -siendo generosa- sumamente duras.

–Eso parece cartón con pan rallado –dijo sonriendo uno de los chicos. Tristemente, tenía razón.

El único consuelo que me quedaba, era ponerle mucho limón. Había traído uno del árbol de casa, pero al cortarlo, notamos que estaba seco y que no iba a poder salvarnos.

Sentadas en el pasto con nuestros platos nada ricos, mirábamos a los chicos que ya les habían agarrado la mano a sus papas fritas y les estaban saliendo hermosas. El olorcito llegaba hasta nuestro rincón como una burla silenciosa desde la unidad de varones.

Qué diferente habría sido el almuerzo si hubiéramos leído las instrucciones del paquete, ¿verdad?

En realidad, lo leímos, pero demasiado tarde. Descubrimos que, no solo le erramos en la proporción correcta de líquido, sino que también llevaba leche.

En el Club de Conquistadores he aprendido muchas cosas. Por ejemplo: ¡cómo no hacer un puré instantáneo!

Así también sucede en la vida espiritual: hay veces en las que creemos saber cómo hacer las cosas. Creemos que no necesitamos instrucciones. Creemos que podemos solos.

Quiero decirte que no es así y que, lamentablemente, nuestro orgullo se convierte en frustración. Pero qué bendición saber que tenemos un Padre en los cielos que nos dejó en su Palabra las recetas para todos los días de nuestra vida. Y no solo nos da las recetas: si se lo permitimos, también nos guía en cada paso de la preparación.

Cuando me siento tentada a no obedecer la Ley de Dios, siempre recuerdo aquel puré desabrido y este versículo que tiene mucho gusto: “Fíate de Jehová de todo tu corazón. Y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (Prov. 3:5, 6).

Este artículo ha sido publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2021.

Escrito por Abril Pesoa, miembro de la Iglesia Adventista de Paraná Centro (Entre Ríos, Argentina) e integrante del Club de Conquistadores Lemuel.

Mentiras piadosas

Mentiras piadosas

Mentiras piadosas

Analizando el poder destructor de una pequeña verdad a medias.

“En realidad no quise mentirte, pero tenía miedo de hacerte daño si te decía la verdad”.

“No lo pensé bien, solo quería ayudar”.

“Fue solamente esta vez. No volverá a ocurrir”.

“Se trataba, tan solo, de una mentirita blanca”.

¿Escuchaste, alguna vez, frases como estas? Son tremendos argumentos con un mismo fin: justificar una mentira. Sin embargo, lo que se pretendía evitar es justamente lo que se provoca: un daño. Y a veces un gran daño porque es una conducta que vuelve a repetirse.

Hemos dicho más de una vez que comunicarnos no es fácil, no es simplemente hablar o emitir palabras. No. Es mucho más complejo que eso.

No obstante, continuamente, seguimos comunicando, queramos o no. Es por eso que, en este último artículo de este 2021, quisiera dejarte algunos conceptos acerca de las mentiras. Porque, en diferentes momentos, puede existir la tentación de mentir para no dañar, para preservar la felicidad o la paz de la otra persona, para descomprimir y para una larga serie de supuestos razonables etcéteras.

Es que lo sabemos. Existen muchas explicaciones por las cuales podemos llegar a pensar que “esa mentira es blanca” o “es piadosa”; y que no hará daño. No obstante, no es así.

Conceptos a remarcar sobre una mentira

-Una mentira es una mentira, aunque se intente disfrazarla con otro nombre y aunque se la justifique. Una mentira siempre es una mentira.

-Una mentira siempre obstaculiza la confianza: mentir provoca que la confianza no sea la base de la relación, porque si existiera confianza ¿tendría sentido mentir?

-Una mentira siempre provoca culpa; ya que nunca es gratuita ni viene “sola”. Genera que la persona que ha mentido sienta culpa e incluso, a veces, cae en un círculo vicioso de mentiras por tratar de ocultar la mentira original. Porque, en definitiva, mentir es atentar contra uno mismo.

-Una mentira quita credibilidad: cada vez que mientes generas que las demás personas crean menos en ti. Incluso, la mentira menoscaba tu propia autoconfianza.

-Una mentira es un síntoma de inmadurez: muchas veces, la mentira releva o nos muestra (a nosotros y a los demás) quiénes somos. Es más fácil mentir que enfrentar la realidad, y eso, claramente, no es el accionar de una persona madura.

-Una mentira nos aleja de la realidad: tanto mentir puede llevar a la persona a creer que lo que se dice es real, o sea, que su mentira es verdad. Así, ingresamos en un mundo imaginario del que nos será complicado escapar.

-Una mentira siempre daña: sea pequeña o grande, sea a quien la dice o a quien la escucha. Daña a todos. No existen mentiras inofensivas.

Seguramente, se te ocurrirán otros puntos a resaltar. Quizá has sufrido debido a que alguien te mintió, o tal vez, tú has mentido en algún momento y eso provocó un problema mayor.

Jesús dice quién es el “padre de la mentira”. Desde luego, no es otro que Satanás: “El padre de ustedes es el diablo; ustedes le pertenecen, y tratan de hacer lo que él quiere. El diablo ha sido un asesino desde el principio. No se mantiene en la verdad, y nunca dice la verdad. Cuando dice mentiras, habla como lo que es; porque es mentiroso y es el padre de la mentira” (Juan 8:44, DHH). Por el contrario, en Dios no hay tinieblas, ni falsedades, ni mentiras porque él es el Camino, la Verdad y la Vida (Juan 14:6).

Es cierto que decir siempre la verdad puede ser complicado, ¡y hasta arriesgado! Pero, como dijimos en otro artículo, todo tiene su momento y lugar, lo cual no quita que digamos la verdad.

Si quieres evitar conflictos, si quieres tener charlas de calidad, si quieres tener amistades reales y una relación amorosa sólida, te recomiendo que nunca pero nunca mientas. Ni siquiera tengas como opción de estrategia una “mentirita piadosa”. Ten como meta que de tu boca solo salga la verdad, busca que todas tus interacciones sean sobre esa base. Solo así podrás edificar relaciones duraderas.

Este artículo ha sido publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2021.

Escrito por Jimena Valenzuela, magíster en Resolución de conflictos y capellana
en el Instituto Adventista de Avellaneda, Bs. As., Argentina.

“Quiero escalar el Aconcagua”

“Quiero escalar el Aconcagua”

“Quiero escalar el Aconcagua”

¿Te estás preparando para grandes objetivos o tienes una vida sin proyectos en la comodidad del sillón?

Juan siempre estaba subiendo a algo: paredes, techos, pequeños montículos de tierra. Pedro siempre estaba sentado mirando su celular. Juan ahorraba dinero y lo invertía en equipos para escalada: sogas, arnés, botas… Pedro, en cambio, dinero que obtenía, dinero que usaba para algún elemento tecnológico extra que no siempre necesitaba. A nadie le sorprendió cuando Juan comenzó a viajar los fines de semana para realizar ascensos a pequeñas cumbres. Tampoco causó asombro que Pedro abandonara sus estudios y no buscara trabajo.

“¡Voy a escalar el Aconcagua!”, solía repetir Juan aún sin contar con todo el entrenamiento y los recursos suficientes para tal empresa. “Aún soy joven y estoy pensando qué hacer… Voy viendo qué sale… qué onda”, se le escuchaba decir frecuentemente a Pedro, que nunca entrenó para nada ni tenía ningún tipo de recursos.

Años más tarde, en el Instagram de Juan aparecieron fotos y breves videos de su exitoso ascenso al Aconcagua. En el de Pedro, solo estaban las mismas selfies de siempre.

Tenemos dos maneras de vivir nuestra vida, dos formas, dos caminos: el de la comodidad y el del propósito. El primer camino nos garantiza placer momentáneo y un futuro incierto; el segundo, una senda de trabajo y constancia, pero con la felicidad de alcanzar los objetivos propuestos y los sueños que te definen.

¿Proyectarse o estancarse?

Sumergidos en las redes o en Netflix los días pueden pasan sin que hagamos algo trascendente. Podemos elegir que la vida sea una simple acumulación de días o podemos elegir vivir con un propósito.

Suele suceder que, a veces, no sabemos qué vamos a estudiar, ni en qué nos gustaría trabajar.

Uno de los motivos por los que esto sucede es porque no estamos dispuestos a pagar el precio que implica vivir con un propósito. Así, vamos deambulando sin mucho sentido, en un presente placentero rodeados de series, redes sociales, música y demás actividades. Es como que nos atrincheramos en nuestra zona de confort y no queremos salir.

Cierta vez, un psicólogo entrevistaba a un joven preguntándole por su proyecto de vida:

–¿Y por qué me tengo que preocupar tanto por esto? –repreguntó el joven.

–Porque es allí donde vivirás mañana –respondió el terapeuta.

Es así: el futuro que uno desea tener se construye con acciones y decisiones tomadas hoy.

La elección de un proyecto de vida es clave. Desde luego, esto puede crear una gran inquietud, convirtiendo esta etapa en un período muy difícil. Por otro lado, algunos jóvenes ni siquiera se plantean que tienen que elegir un proyecto de vida. Creen que esto viene determinado por su lugar de origen, su clase social o “el destino” y que no vale la pena intentar cambiarlo. Este pensamiento suele esconder el miedo a tomar decisiones y solo conduce a una baja autoestima y a caer –incluso– en depresión o en conductas autodestructivas como el consumo de drogas o alcohol.

Recuerda esto: las personas que no tienen un proyecto de vida definido pueden sentirse desesperadas, lamentarse por los errores del pasado y las oportunidades perdidas. Sin embargo, al tener vigentes los objetivos, es posible ser perseverante, aprender de los errores y seguir adelante, más allá de todo.

Ahora es el momento en el que debes orar a Dios, buscar consejos en padres, pastores, profesores o amigos mayores de confianza para que te ayuden a elegir un proyecto de vida, a planificar metas a corto y largo plazo y a luchar por ellas. En este tiempo defines si vas a proyectarte o a estancarte.

Y ahora, ¿qué hago?

Para poder elegir un proyecto de vida, puedes tomar nota de los siguientes consejos:

1- Conoce tus dones y gustos: Si, ante todo, no sabes quién eres ni lo que te gusta hacer, no lograrás definir con éxito muchas cosas. Juan, el de la historia inicial, tenía inclinación por los deportes, la aventura y las destrezas físicas. Pedro, sin duda, tenía otros intereses. Lo que él hacía no era correcto, no porque no le gustaba escalar, sino porque no tenía propósito en la vida. Con sus inclinaciones, perfectamente podría haberse dedicado a ser escritor, fotógrafo, editor de videos y muchas otras profesiones. Y podría haber tenido éxito en cualquier empresa que emprendiese.

2- Conoce tus herramientas: Juan no soñó con ascender el Aconcagua y fue al otro día hacia esa montaña. No. Evaluó los costos de su objetivo, se preparó, entrenó y dio pequeños pasos para alcanzar aquella gran cumbre. No puedes proyectar sin saber con qué herramientas cuentas. Por ejemplo, si tu sueño es estudiar en una universidad de otro país donde hablan inglés, pero tú no hablas inglés deberías, ¡al menos!, tener una mínima noción de ese idioma antes. Jesús habló de esto, en Lucas 14:28 al 33, contando la parábola del hombre que se puso a construir una torre, pero luego se dio cuenta de que no tenía más dinero para comprar los materiales. ¡No empieces a armar algo sin saber antes con qué elementos cuentas!

3- Dialoga con profesores, familiares y amigos: Hay una riqueza inmensa en consultar a personas de confianza para que digan, indiquen y muestren en qué áreas creen que te desempeñas mejor y realizando qué actividad te ven ellos más feliz. Por otro lado, el diálogo con ellos puede ayudarte a redefinir tus propósitos y reencausar tus objetivos.

4- Ten en cuenta que puedes fracasar: Juan no escaló el Aconcagua en el primer intento. Esto es algo que sucede frecuentemente a muchos escaladores. En realidad, sucede en todos lados. Tal vez ese primer video que publicaste en YouTube no tuvo el éxito esperado y ese primer manuscrito de tu libro fue rechazado por la editorial. En este viaje debes aprender que un fracaso no es el fin de tu propósito. Tal vez sea el inicio. A veces, el fracaso es una manera que la vida tiene para decirnos que así no se hacen la cosas. Inténtalo de nuevo, buscando otras maneras, probando otras formas, caminando otros senderos.

5- Aprende de los errores: Este punto está relacionado con el anterior. Un fracaso es un fracaso si no aprendiste nada de él. Aceptar un error no es ser un mediocre. Al contrario, es de personas sabias analizar lo que salió mal para cambiar.

6- Asume retos: Nadie escala el Aconcagua sentado en su silla. No puedes bajar tus marcas de velocidad si no entrenas, ni ser un mejor diseñador gráfico si no dibujas y prácticas. Se aplica a todo: a aprender un idioma, un instrumento, un arte poco conocido…

7- Recuerda que nunca es tarde para cambiar el rumbo: Muchas personas han triunfado en profesiones, carreras o actividades que no eran a las que inicialmente estaban avocados. Querían hacer una cosa, pero en el curso del camino se dieron cuenta de que –en realidad– su propósito radicaba en otro lado. Si algo así te sucede, mantén la calma. No tienes por qué dar en el blanco en el primer intento. Si lo que estás haciendo o lo que estás estudiando no te da felicidad y crees que ese no es el lugar, anímate al cambio.

8- Busca la sabiduría divina: El mejor de todos los GPS, la mejor de todas las guías, el mejor manual de orientaciones es la Biblia. Estúdiala todos los días con oración. En sus páginas, el mismo Creador del universo es quien te habla. Él no quiere que estés en tinieblas. Al contrario, quiere darte luz, porque la Biblia es como una lámpara que ilumina tu senda (Sal. 119:115). No tengas miedo de confiar en Dios, de servirlo y de ponerte en sus manos porque él te diseñó con el mayor de todos los propósitos. Y te dice: “Mis ojos están puestos en ti. Yo te daré instrucciones, te daré consejos, te enseñaré el camino que debes seguir” (Sal. 32:8, DHH).

No sé si eres el Juan o el Pedro de la historia inicial. Si eres el primero, te desafiamos a que sigas así. Si eres el segundo, te invitamos a que vuelvas a leer este artículo y a repensar tu vida. ¡Vamos! ¡No solo tienes muchos Aconcaguas que escalar! ¡También hay montes Everest que te esperan! Ve hacia la cima. Porque encontrarle un propósito a nuestra vida y servir a Dios es vivir bien.

Este artículo ha sido publicado en la edición impresa de Conexión 2.0 del cuarto trimestre de 2021.