La cadena del elefante

Abr 1, 2022 | Artículo destacado, Vivir bien | 0 Comentarios

Un componente vital para cuidar y mejorar tu salud emocional es la alegría. ¿Qué hacer para obtenerla y conservarla?

Los cuidadores de los zoológicos suelen atar a los elefantes adultos con una cadena de metal a una delgada estaca de madera clavada en el suelo. El elefante, que puede pesar en su edad adulta unos cinco mil kilos, podría romper la cadena y escaparse sin esfuerzo. Pero, no lo hace; ni siquiera lo intenta. ¿Por qué? Porque cuando el elefante era pequeño, los domadores utilizaban los mismos métodos. En ese momento, una cadena y una simple estaca en el suelo podían retener al elefante e impedir que este pudiera escapar por más que se esforzara.

Al crecer, el elefante asumió que era imposible romper la cadena que lo ataba, pues anteriormente no pudo hacerlo. Cuando ahora el elefante ve esa cadena, recuerda lo que aprendió en sus primeros años. No es cierto que hoy no pueda escapar; pero no importa que sea cierto o no, importa que él cree que no puede escapar.

A lo largo de nuestra vida, diversas experiencias nos han ido formando. Para bien o para mal, hemos aprendido mucho acerca de múltiples cosas. Si nuestro entorno nos ha enseñado que estamos atados a ciertas cadenas, por mucho potencial que tengamos, nunca nos decidiremos a intentar romperlas. En nuestra vida, esas cadenas del elefante representan nuestras creencias o actitudes autolimitantes, que nos frenan.

Estas experiencias del pasado pueden ser rechazos, fracasos o situaciones traumáticas. Tal vez sean mucho más poderosas que simples cadenas. Pero Dios nos creó para ser libres y para superarnos constantemente. No tenemos por qué atarnos. Cuidar nuestra salud emocional es vital para lograr esto.

7 beneficios de la risa

Desde luego, nadie espera o cree que en la vida solo obtendremos situaciones divertidas y que todo será risas. No. Sin embargo, a veces no valoramos la importancia que la risa tiene para nuestra salud mental.

Estadísticamente, en promedio, un niño menor de tres años se ríe más de cien veces al día. ¿Y un adulto? En promedio, solo ríe quince veces. Debemos tratar de superar esa media, ya que la risa trae grandes beneficios a nuestro organismo:

  1. Ejercicio: Con cada carcajada, se ponen en marcha cerca de cuatrocientos músculos, incluidos algunos del estómago que solo se pueden ejercitar con la risa.
  2. Limpieza: La carcajada hace vibrar la cabeza y se despejan la nariz y el oído. Además, se elimina toxinas, porque con el movimiento el diafragma produce un masaje interno, que facilita la digestión y ayuda a reducir  las sustancias tóxicas.
  3. Oxigenación: Gracias a la risa, entra el doble de aire en los pulmones, posibilitando que los órganos y la piel se oxigenen más.
  4. Analgésico: Durante el acto de reír se liberan endorfinas, los sedantes naturales del cerebro, similares a la morfina. De ahí que se utilice para terapias de convalecencia que requieren una movilización rápida del sistema inmunitario.
  5. Rejuvenecimiento: Reírse rejuvenece, ya que estira y estimula los músculos de la cara. Tiene, además, un efecto tonificante y antiarrugas.
  6. Dulces sueños: La risa genera una sana fatiga, que elimina el insomnio.
  7. ¡Adiós, estrés!: Con la risa, se liberan ciertas hormonas (endorfinas y adrenalina) que elevan el tono vital y nos hacen sentir más bienestar.

¿Qué dijeron sobre la alegría estos grandes pensadores?

  • “Si exagerásemos nuestras alegrías, como hacemos con nuestras tristezas, nuestros problemas perderían importancia” (Anatole France, escritor francés).
  • “Los mejores médicos del mundo son: el doctor dieta, el doctor reposo y el doctor alegría” (Jonathan Swift, político y escritor irlandés).
  • “¡Cuán bueno hace al hombre la dicha! ¡La alegría es contagiosa! (Fiodor Dostoievski, novelista ruso).
  • “No existe nada en el mundo tan irresistiblemente contagioso como la risa y el buen humor” (Charles Dickens, escritor británico).
  • “La alegría ha sido llamada el buen tiempo del corazón” (Samuel Smiles, escritor y reformista escocés).

Aumentando la alegría

Así como entrenas tus músculos en un gimnasio o practicas un deporte para jugarlo mejor, la alegría, como el resto de las emociones, puede fomentarse usando simples técnicas. Prueba con estas:

  1. Analiza lo que te agrada: Tienes que conocer qué actividades sanas te resultan más placenteras, ya sea leer en la comodidad de tu hogar o salir a caminar al aire libre. Debes identificar qué cosas te hacen más feliz y dónde encuentras alivio para tu estrés. Algunos lo hacen tocando un instrumento, otros armando rompecabezas y otros jugando al fútbol. Cuando lo tengas en claro, practica esta actividad dos o tres veces por semana.
  2. Aprende a pensar de manera positiva: Sí, desde luego que esto no es tarea sencilla. Pero, si pensamos esto, ya no estamos cumpliendo la consigna. Si está lloviendo, no te quejes por el sol que no alumbra, celebra que las plantas están recibiendo agua. Cambia tu manera de ver las cosas y las situaciones. Te sorprenderás de cuántas miradas positivas eres capaz de tener, aun en medio de contextos complejos. 
  3. Transforma tus caídas: Desde luego, hay distintos grados de situaciones. La clave es aprender de ellas. Recuerda el refrán popular: “Nunca pierdo. O gano o aprendo”. Trata de extraer alguna lección de vida de tus derrotas. 
  4. Piensa en soluciones, no en problemas: Madurar también implica tomar cuenta de una situación y dedicar tiempo a solucionarla, más que a quejarse. Piensa y sé creativo. Hay muchos más caminos al éxito de lo que te imaginas.
  5. Ayuda a los demás y comparte la alegría: No fuimos creados por Dios para vivir de manera egoísta. Servir a otros es una fuente de felicidad. Busca un lugar para trabajar de manera comunitaria e intégrate a las actividades misioneras de tu iglesia o tu escuela. Cuanto más servicio y alegría brindes, más recibirás. 
  6. Pide ayuda y escoge bien tus compañías: Nadie se las sabe todas. No es errado solicitar a alguien que nos ayude a ser más alegres y optimistas. Esto también se relaciona con el tipo de amigos que tienes o las personas con las que te relacionas. Si están quejándose todo el tiempo y lamentando sus penas, es señal de que debes pensar en buscar la compañía de aquellos que también, como tú, procuran la alegría.
  7. Busca a Dios: Puedes hacer de cualquier cosa o persona la fuente de tu alegría. Pero la verdadera base o cimiento está en tu Creador. Si tienes y mantienes una relación con él, tendrás felicidad. Así lo expresa el Salmo 16:11 (DHH): “Me mostrarás el camino de la vida. Hay gran alegría en tu presencia; hay dicha eterna junto a ti”. Y así lo dice Elena de White: “Aquellos para quienes Dios es lo primero, lo último y lo mejor son las personas más felices del mundo” (Mensajes para los jóvenes, p. 34).

No mires tus cadenas. Mírate al espejo y sonríete. Recuerda que con alegría puedes cuidar tu salud emocional, y eso es vivir bien.

La alegría según Salomón

  • “La esperanza de los justos es alegría; mas la esperanza de los impíos perecerá” (Prov. 10:28).
  • Engaño hay en el corazón de los que piensan el mal; pero alegría en el de los que piensan el bien” (Prov. 12:20).
  • El deseo cumplido es causa de alegría” (Prov. 13:19, DHH).
  • El corazón alegre hermosea el rostro; mas por el dolor del corazón el espíritu se abate” (Prov. 15:13).
  • El corazón alegre constituye buen remedio; mas el espíritu triste seca los huesos” (Prov. 17:22).

Este artículo es una adaptación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del segundo trimestre de 2022.

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