Sin recetas mágicas

Sin recetas mágicas

Sin recetas mágicas

Naty y Fer, un joven y feliz matrimonio, nos cuentan lo que para ellos es el secreto de la felicidad en el amor.

En julio de 2015 y por motivo de mi cumpleaños, comenzó una linda charla con una señorita llamada Natalia. Luego de algunos viajes, más charlas, compartir actividades en la iglesia y mucha oración… ¡se convirtió en mi esposa! Sin duda fue la experiencia más hermosa que hayamos vivido hasta ahora.

El camino antes del noviazgo no fue nada fácil. Ambos pasamos por momentos que nos llevaron a pensar si realmente era posible “encontrar el amor”. Pero, cuando te pasan cosas lindas, nace desde adentro el compartirlo, ¿o no?

Por eso, quiero contarte “la previa” del casamiento, no concentrándonos en los preparativos, sino en cómo fue nuestro “paso a paso” hasta encontrar a la persona idónea para formar una familia.

ALGUNAS ACLARACIONES:

Esto no es una receta mágica para conseguir novio/a, y tampoco es infalible. Pero creemos que algunos de los consejos pueden ayudarte u orientarte en esa búsqueda.

A nosotros nos funcionó. Espero que a ustedes también. ¿Estás listo? ¡Vamos!

El proceso se puede dividir en dos grandes etapas, las cuales podríamos llamar “Acción interna” y “Acción externa”. Hasta no cumplir cada ítem de esta etapa, no deberías pasar a la segunda.

ACCIÓN INTERNA: ANTES QUE NADA, TRABAJO SOBRE MÍ

  • Enamórate… de Dios: Digo esto con total certeza. Cualquier búsqueda que puedas hacer o cualquier intento por tener un noviazgo exitoso sin primero conocer a Dios profundamente es en vano. Es como construir un rascacielos sobre el barro. Mira lo que dice Salmo 37:4: “Deléitate asimismo en Jehová, y él te concederá las peticiones de tu corazón”.

La receta es simple: conoce más a Dios, habla con él para descubrir cuáles son sus planes, qué quiere él para tu vida y, por sobre todo, qué herramientas te puede brindar el Señor para tener éxito en tu búsqueda. La promesa es muy clara. Te aviso: Dios no falla nunca.

  • La importancia de la experiencia: ¿Cómo harías para llegar a un lugar que no sabes dónde queda y al que nunca has ido? ¿Acaso no preguntarías cómo llegar a aquellos que ya fueron antes? Aquí pasa lo mismo.

Seguramente conoces muchas personas que pueden darte valiosos consejos y brindarte experiencias de su vida para ayudarte. Comienza con tus padres, tus tíos, tus amigos de la iglesia que ya estén casados, tu pastor, tu profesor y cualquier otra persona de tu confianza que admires y quisieras que tu matrimonio sea como el que ellos tienen.

¿Sabes dónde más puedes encontrar ese mapa para poder llegar a tu matrimonio feliz? ¡En los libros! Muchos han escrito sus experiencias y consejos para ti, y están ahí, listos para que los puedas absorber y aplicar. En el sitio web de editorial ACES (editorialaces.com) vas a encontrar varios libros de guía e inspiración.

  • Preparando las herramientas: Si yo te dijera: ¿Me acompañas de viaje? ¡Nos vamos a Moscú! ¿Vamos? ¡Dale! Ah, eso sí: Vamos en skate. ¿Qué? ¿En skate? Es muy divertido andar en uno, y seguramente nos llevará un par de kilómetros. Pero algo es cierto: ¡no nos llevará hasta Moscú!

Para saber dónde quieres llegar en tu matrimonio, es necesario que consideres cinco, diez y hasta veinte años más adelante. Debes planificar para no quedarte en la mitad del camino. Piensa: ¿Cómo quiero vivir? ¿En dónde? ¿Cómo será mi familia? ¿Cómo será mi estilo de vida? ¿De qué trabajaré? ¿Tendré hijos? ¿Cuántos? ¿A dónde iré de vacaciones?

Deberías responder estas y muchas otras preguntas que describan tu vida en el futuro. Cuanto más precisas sean las descripciones, mejor. Esto será el “destino” de tu viaje.

Una vez que tienes definido adónde quieres llegar, es tiempo de ver con quién. Por supuesto, no se trata de hacer un listado de personas, sino un listado de cualidades.

En mi experiencia, resultó bueno separar este listado en dos grupos: “Características principales” y “Características secundarias”. Puedes tomar una hoja de papel (un archivo de Word o Excel, una aplicación del celular o lo que te sea más práctico) y anotar. Escribe las características que quieras. Recuerda que en la categoría “Principales” van los ítems que no son negociables, a tu entender. En mi caso, eran:

-Que sea una mujer que ame a Dios.

-Que sea una mujer consagrada a la misión de la iglesia.

En la categoría de “Secundarias” van las características que te gustaría que tenga la otra persona, pero que, en caso de no tenerlas, no sería un gran inconveniente para ser feliz igualmente. Por ejemplo:

-Que le gusten las papas fritas.

-Que le guste el fútbol.

Ahora bien, una vez que tienes listas las dos listas (¡valga la redundancia!), debes compararlas para que tengan coherencia. Por ejemplo, si tu sueño es formar una familia con muchos hijos (con padres que estén invirtiendo tiempo de calidad con ellos), no es muy afín desear casarse con alguien que tenga un trabajo que le demande viajar cinco o seis días por semana.

¡En el próximo número continuamos! Realizar estos ejercicios me ayudó en gran manera para aclarar a quién necesitaba como compañera. ¡Sin duda, Dios estuvo al control de todo!

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2019. Escrito por Fernando Liernur, diseñador gráfico y especialista en marketing digital.

Mi viaje en mochila

Mi viaje en mochila

Mi viaje en mochila

Kevan Chandler irradia felicidad. Lo estoy entrevistando por Internet, desde Londres. Pero hay algo acerca de este jovial pelirrojo que acorta las distancias y hace que me sienta como a su lado, en Indiana (EE. UU.). Kevan me cuenta chistes acerca de su silla de ruedas y de vivir con Atrofia Muscular Espinal (AME). Tiene una de esas risas contagiosas. Con oraciones largas, y sin apuro, me cuenta de su infancia en North Carolina, de sus leales amigos de la Universidad y de cómo terminó viajando por Europa dentro de una mochila de mochilero.

Cuando Connie, la hermana mayor de Kevan, fue diagnosticada con AME, los médicos les recomendaron a sus padres que no tuvieran más hijos. Pero, un año y medio después, nació Kevan, el menor de tres hermanos.

Creciendo, Kevan aprendió a usar la creatividad para solucionar los problemas cotidianos. Su hermano mayor, por ejemplo, cortaba caballos de cartón y los pegaba a su silla cuando querían jugar a los cowboys. Su papá, ingeniero aeronáutico, puso un armazón de metal a su silla de ruedas para que pudiera jugar al fútbol con sus compañeros del colegio. Su infancia le enseñó que hay más de una solución para cada problema, y le dio una insaciable sed de aventura.

Ya en la Universidad, Kevan y sus amigos decidieron explorar las cloacas de su vecindario. No entiendo por qué alguien querría andar por las tuberías de las cloacas, pero Kevan dice que se inspiraron en las Tortugas Ninjas. Como no podían llevar la silla de ruedas, sus amigos decidieron cargarlo en una mochila de las que usan los mochileros (Kevan pesa solo 32 kilos), para que él pudiera formar parte de la olorosa aventura. Y fue allí, en lo profundo de las cloacas, que a Kevan y sus amigos se les ocurrió una idea que podría transformar para siempre el concepto de accesibilidad para discapacitados: “¿A dónde vamos la próxima vez?”

Kevan siempre había soñado con conocer Europa. Pero, a los lugares que él quería visitar no se puede acceder en silla de ruedas. Por eso, después de diseñar una nueva mochila, en junio de 2016 partió con un grupo de amigos a pasar tres semanas recorriendo Francia, Inglaterra e Irlanda. Cuatro amigos lo cargaban, turnándose, mientras otros dos filmaban la experiencia.

Pregunté a Kevan qué sintió al dejar su silla de ruedas en el aeropuerto de Atlanta y depender completamente de sus amigos. Confesó: “Cuando uso mi silla de ruedas, estoy limitado en cuanto a los lugares a los que puedo ir, pero estoy al mando. En la mochila puedo ir a cualquier lado. No me tengo que preocupar por escaleras, o aun montañas, pero estoy a la merced de quienes me cargan. La experiencia me hizo comprender que cambié una libertad por otra. Y una no es mejor que la otra, solo son diferentes”.

El desafío trajo muchas bendiciones. Durante los últimos días de la aventura, conmovido por la experiencia, Kevan preguntó a Dios por qué sus amigos habían estado dispuestos a cargarlo a través de Europa. “Dios me dijo claramente: porque te aman, de la misma manera que yo te amo a ti”.

Cuando el video del viaje fue publicado en Facebook, personas de todas partes del mundo comenzaron a contactar a Kevan con respecto a la mochila para discapacitados y su aventura. El interés fue tal que Kevan creó una organización sin fines de lucro, llamada “We Carry Kevan”, para inspirar a las personas a considerar la accesibilidad desde un punto de vista comunitario. “¿Y si la accesibilidad se tratara menos de construir rampas y más acerca de personas dispuestas a ayudarse las unas a las otras?” Kevan me desafió a pensar.

Tal como los amigos que cargaron al hombre paralítico para que Jesús lo sanara (Luc. 5:18-35), Kevan y sus amigos comprendieron que somos interdependientes (Gál. 6:2, 3), y que es más lindo dar que recibir. Al concluir la entrevista, Kevan me dijo cuán sorprendido estaba de que sus amigos, que lo habían cargado por toda Europa, al terminar el viaje le agradecieran a él y le dijeran: “Gracias por traerme”; aunque fueron ellos quienes literalmente trajeron a Kevan. Y se sintieron tan bendecidos al dar que les resultó necesario agradecerle.

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2019. Escrito por Vanesa Pizzuto, licenciada en Comunicación Social. Escribe desde Londres.

Superar el odio y un padre ausente

Superar el odio y un padre ausente

Superar el odio y un padre ausente

Una infancia arruinada y una adolescencia en problemas no son obstáculos para el poder de Dios.

¿Estás enojado con la vida?  Te entiendo. Me pasó.

Nací en 1999. Hoy tengo 19 años y asisto a la Iglesia Adventista de Nuevo Oriente, en Santa Cruz de la Sierra, Bolivia. Conocí la iglesia a través de Mirella Cruz, quien me invitó muchas veces cuando yo tenía 13 años.

Mi vida era un desastre. Crecí con mucho odio en mi corazón, pues mi padre nos abandonó a mi hermana y a mí cuando éramos niños. Él le pegaba mucho a mi madre. Si bien eso terminó cuando se fue, yo lloraba porque no tenía papá. Cada Día del Padre era horrible y de gran soledad. Crecí con rencor, y desparramaba ese sentimiento por todos lados. En la escuela era el peor en conducta y el peor en notas.

Entre los diez y los doce años, empecé a tener varios vicios. Uno fue la adicción a los videojuegos. Pero, luego fue peor. Me uní con jóvenes más grandes que me iniciaron en el camino del cigarrillo y el alcohol.

Mi hermana y yo estábamos siempre solos. Mi madre trabajaba todo el día. Yo vivía prácticamente en la calle. Hacía cualquier cosa. No tenía control. Gracias a Dios, cuando me invitaron a robar y a otras actividades delictivas, me negué.

Fue entonces cuando Mirella me invitó a la iglesia. Y fui. Allí conocí a Jesús, que estaba dispuesto a perdonar todos mis pecados.

No hubo un milagro instantáneo, pero me di cuenta de que al leer la Biblia, orar e ir a la iglesia, mi vida se iba transformando. Ya no peleaba tanto. Ahora tenía más paz. Dejé de estar en la calle y me quedé en casa, estudiando. Por primera vez en mi vida empezaba a ser feliz. No tenía más odio en el alma, y había encontrado una familia en la iglesia y en el Club de Conquistadores.

Dios fue cambiando mi forma de pensar y mi forma de hablar. Me bauticé en 2012. Ese día me sentí libre. Sentí que Dios me abrazaba y me decía: “Yo soy tu padre, nada te faltará”. No tuve padre, pero tengo un Padre.

Mi cambio fue tal que pasé de ser el peor de la clase a ser el mejor. Terminé la escuela siendo el abanderado y con las notas más altas. Me gané una beca para estudiar en la Universidad.

Aún tengo cosas que seguir cambiando y mejorando. Pero sé que Dios no me abandona y que siempre me ayuda. Dios transformó mi vida. ¡Yo pude, gracias a él!

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2019. Escrito por José Carlos Ortiz, estudiante.

En frasco chico

En frasco chico

En frasco chico

“Lo bueno, si breve, dos veces bueno” Baltasar Gracián

Me pone feliz tener un pequeño chocolate amargo, de una reconocida marca. Disfruto mucho de armar un cubo Rubik, cuyo tamaño no es más grande que la palma de mi mano. Me siento pleno con el abrazo de un amigo o la sonrisa de la persona que amo.

“Lo bueno viene en frasco chico”, dice un conocido refrán, en referencia a un perfume caro y exquisito. La vida también es así.

Empezamos un nuevo año y, con él, empieza una nueva revista. Es más pequeña para que te sea más práctica al llevarla en la mochila y para que sea más cómoda al leerla.

Pero, si notas bien, la revista es más pequeña pero no se “achicó”. No, no estamos desafiando las leyes de la física. Es menor en tamaño, pero tiene más páginas que la edición anterior. Más páginas y el mismo contenido de siempre: un contenido que rescata los valores esenciales para vivir mejor en esta sociedad y te indica el mejor camino para prepararte a fin de vivir con Jesús en el cielo. Desde esta perspectiva, lo que tienes en tus manos es una revista grande, muy grande.

Como nos renovamos, tenemos nuevas secciones.

  • “Héroes de la Biblia”: Una galería de personajes increíbles.
  • “Yo pude…”: Historias reales de jóvenes que, gracias a Dios, pudieron superar una situación difícil.
  • “En pareja”: Un joven matrimonio nos cuenta lo que para ellos fueron los secretos del éxito en el amor.
  • “Microrrelatos”: Una apasionante historia continuada que te mantendrá intrigado hasta el final.
  • “Apasionarte”: Más que un hobby,   los protagonistas de esta sección tienen una sana pasión.
  • “Palabras de la Biblia”: Un viaje  para buscar antiguos significados a fin de resolver los problemas de hoy.
  • “Remedios naturales”: Consejos prácticos y gratuitos para vivir mejor.
  • “En paz”: ¿Te llevas mal con alguien? Aquí encontrarás la forma de resolver los conflictos interpersonales de la mejor manera.
  • “Esto que sé”: Una sección para aprender cosas de los que realmente saben.
  • “Preguntas existenciales”: ¿Por qué le pasan cosas malas a la gente buena? Esta y otras preguntas merecen las mejores respuestas.

Oramos y trabajamos para que esta revista te pueda resultar útil. Recordando siempre que a Dios también le gusta hacer cosas nuevas. Dice Isaías 43:19: “Yo voy a hacer algo nuevo, y verás que ahora mismo va a aparecer. Voy a abrir un camino en el desierto y ríos en la tierra estéril”.

Abre la nueva Conexión. ¡Cosas muy buenas te esperan!

Escrito por Pablo Ale, periodista y licenciado en Teología, director de la revista Conexión 2.0.

Recorriendo la ruta 40

Recorriendo la ruta 40

Recorriendo la ruta 40

Repasamos la maravillosa odisea de Rodolfo Rossi, quien unió la República Argentina corriendo más de 5.000 km desde el norte hasta el sur.

Kilómetros

Días

Provincias

Kilómetros diarios

Pares de zapatillas

Litros de agua

La vida es una aventura fascinante, y Rodolfo Rossi está dispuesto a vivirla. “La vida es una sola, y si no estás dispuesto a correr el riesgo, a intentar, a seguir tras tus sueños, luego te sentirás peor. Llegarás al final de tu vida y te preguntarás: ¿Por qué no intenté tal cosa? Sería triste que eso sucediera”, afirma con seguridad.

Fernando es un reconocido atleta argentino con una historia digna de contar. Si bien es un deportista de trayectoria, recientemente saltó a la fama por concretar una gran travesía: corrió por toda la Argentina desde la localidad de La Quiaca (en la provincia de Jujuy, al extremo norte del país) hasta Ushuaia (en la provincia de Tierra del Fuego, al extremo sur del país).

A continuación, un resumen de la entrevista publicada en la edición impresa.

¿Por qué te gusta correr?

Es una larga historia. Yo tenía nueve años y estaba con mi familia de vacaciones en el Uruguay. Recuerdo el día: 5 de enero de 1998. Las calles estaban todas cortadas porque había una carrera importante. Yo quería ver, pero todos me tapaban. Mi papá me alzó sobre sus hombros, y ¡estábamos justo en la línea de llegada! Al instante vi a los corredores terminar la prueba atlética. ¡Fue impresionante! Eran todos corredores profesionales de diversas partes del mundo, de Kenia, de Etiopía… Todos tenían algo en común: se los veía cansados por el esfuerzo, ¡pero muy felices! Eso me marcó. Quise ser como ellos.

Tips para empezar a correr, según Rodolfo Rossi:

  • Respetar etapas, no tomar atajos.
  • Recordar que es un proceso.
  • Estar bien asesorado por un entrenador experimentado.
  • Tener una alimentación sana.
  • Tener un estilo de vida sano.
  • Tener la vestimenta y el calzado adecuados.

Al año siguiente volvimos a ese lugar. Mi papá me quiso anotar en la carrera. No nos permitieron porque era menor de edad.

No me rendí. Al otro año regresamos, y me papá se anotó para correr, ¡y corrí con él! Tenía once años y completé los ocho kilómetros del circuito. Así ingresé en el mundo del atletismo.

Desde allí, no paré. Comencé a entrenar por mi cuenta. Corría lo más rápido que podía y mi papá me seguía en el auto con un cronómetro. Luego, me inscribí en grupos de running. Allí aprendí a correr mejor. Tuve muchos y muy buenos entrenadores.

¿Te convertiste en corredor profesional?

No. Porque quería estudiar y trabajar. Entrenaba mucho y tal vez podría haber llegado. Mucha gente me alentaba; decía que podría llegar a una marca olímpica. Pero tomé otros rumbos, otras decisiones. No obstante, siempre corrí. Nunca dejé de correr y de entrenar.

A los 19 años realicé mi primera media maratón.

¿Cómo surgió el sueño de correr a lo largo de la ruta 40 uniendo toda la Argentina?

Fue un sueño que nació hace muchos años. En 1998 recorría el país trabajando. Conocía esa ruta, conocía todo. Y ahí surgió el sueño. ¿Por qué no cubrir corriendo todo esto que recorrí en vehículo? Ya había corrido una media maratón de 21 km a los 19 años, pero nunca había corrido, por ejemplo, 42 kilómetros. Así que, correr miles de kilómetros era un sueño. Al final se cumplió… ¡17 años más tarde!

¿Hubo algún entrenamiento especial?

Sí, por supuesto. Para lograr eso, la clave es correr, entrenarse y planificar. Para entonces había corrido más de 120.000 kilómetros en toda mi vida. Además, consulté con deportólogos y nutricionistas.

¿Cuáles fueron las dificultades más grandes en este recorrido?

¡Muchas! Pero destaco los vientos. En la ruta 40, el viento corre de norte a sur, lo que significa que siempre tenía viento en contra. En la Patagonia, hubo un día que tuve que correr con vientos de 120 kilómetros por hora. Otro problema fue la altura. Hay más de 5.000 metros de altura en algunos lugares. También podría agregar el frío. Tuve temperaturas de hasta 14 grados bajo cero.

Otro problema fue el terreno; los caminos de ripio, más que nada. Son piedras sueltas, arena, lo que me perjudicó las rodillas. Pasé varias veces por hospitales para atenderme. Había días en que no podía más. El dolor se volvía insoportable. Pero había que seguir.

¿Cuál fue el máximo de kilómetros recorridos en un día?

(Piensa) Unos 70 kilómetros…

¿Qué enseñanzas o valores te dejó esta carrera?

Lo que más me impactó fue la generosidad de la gente común. Fue increíble. Salían a recibirme en la entrada de los pueblos o las ciudades y me daban lo que tenían: agua, comida, frutas… de todo. Otra enseñanza que me llevo es que todos somos habitantes de un país y que no debemos hacer distinciones de ningún tipo. Me hice rico al conocer tantas culturas y al oír sus historias.

¿Qué valores personales te deja el practicar running?

Disciplina para entrenar (es decir, métodos, determinación y objetivos claros); superación personal (saber que la competencia es de uno con uno mismo, y no con los demás); aceptación y perseverancia (esto se refiere a saber que no siempre tendrás un buen día y harás tu mejor marca, pero que tienes que seguir entrenando); y algo fundamental: entender que el éxito es la sucesión de un montón de fracasos de los cuales aprender. Yo no creo en la suerte. Creo que el camino al éxito está lleno de fracasos.

¿Qué mensaje les puedes dejar a los jóvenes que leerán esto?

Que nunca abandonen su sueño; que nunca dejen de luchar por alcanzarlo. Hay muchas tentaciones para hacer eso. Hay otros caminos, hay atajos. Pero no sirven. Sirve la paciencia, el sacrificio y el seguir. El running hoy está de moda. Todos corren. Y piensan que de un día para el otro van a lograr cosas… Pero no: hay que tener criterio y entrenamiento; motivación y paciencia.

Pero ¡cuidado! Si bien creo que todo sueño es posible, a veces somos muy idealistas y nos quedamos solo con eso. Para concretar los sueños se necesitan herramientas. Y creo que la educación te brinda esas herramientas.

Es cómodo vivir sin sueños. Pero no sirve. No te hace feliz. Hay personas que van todos los días al trabajo y no son felices. No quieren hacer eso; y no hacen nada para cambiar la situación. La comodidad te impide cumplir los sueños. Por eso, no te estanques, no te quedes. ¡Ve por más!

Nuevos desafíos
El próximo objetivo de Rodolfo es clasificar para el Mundial de Ultramaratón de Pista que se disputará en Austria, en mayo de 2019. La prueba consiste en correr durante 24 horas en un estadio. Participan casi 300 atletas de 60 países.

Carrera solidaria
La odisea de unir el país corriendo tuvo un fin solidario: ayudar a tres ONGs. ¿Quieres saber cuáles son y qué hacen?

Fundación Ruta 40: Ayuda a escuelas de nivel primario que están sobre o cerca de la ruta 40 a lo largo del país.

Deportistas por la paz: Fundación que ayuda a estudiantes del nivel secundario.

Programa Abanderados Argentinos: Becas para que alumnos del interior del país que fueron abanderados en sus escuelas estudien en la Universidad de San Andrés, Bs. As.

Corre 40 es el libro de Rodolfo Rossi, donde relata las vivencias de esta carrera por toda la Argentina.

Más información en:
www.corre40.com.ar

Más fotos en:
facebook.com/corre40

Este artículo es una condensación de la versión impresa, publicada en la edición de Conexión 2.0 del primer trimestre de 2019. Escrito por Fernando Iriarte, pastor de jóvenes en Argentina y Pablo Ale, director de Conexión 2.0.